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Nutrición

La importancia de un dieta sana para los adultos

Organización Mundial de la Salud (OMS)

La importancia de un dieta sana para los adultos. Una premisa fundamental para conseguir una vida saludable. Sin olvidar la importancia de practicar ejercicio físico de manera regular.

Te lo contamos en conNdenutricion.com, portal profesional exclusivo de IPDGrupo.com que te ofrece información para decidir sobre nutrición, alimentación y salud.



La importancia de un dieta sana para los adultos

En tu dieta no puede faltar: fruta, verdura, legumbres (lentejas y alubias), frutos secos y cereales integrales (maíz, avena, trigo o arroz no procesados).

Debes consumir al menos 400 gramos (cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, excepto papas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos.

Es recomendable consumir menos del 10% de la ingesta calórica total de azúcares libres. Equivale a 50 gramos (12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso corporal saludable que consuma aproximadamente 2.000 calorías al día.

Aunque para obtener beneficios de salud adicionales lo ideal sería un consumo inferior al 5% de la ingesta calórica total.

Los azúcares libres son aquellos que los fabricantes, cocineros o consumidores añaden a los alimentos o las bebidas. Así como los azúcares naturalmente presentes en miel, jarabes, zumos y concentrados de frutas.

Es recomendable consumir menos del 10% de la ingesta calórica total de azúcares libres.

Menos del 30% de la ingesta calórica diaria procedente de grasas. Las grasas no saturadas (presentes en pescados, aguacates, frutos secos, aceites de girasol, soja y oliva) son preferibles a las grasas saturadas (presentes en la carne grasa, la mantequilla, el aceite de palma y de coco, la nata, el queso, la mantequilla clarificada y la manteca de cerdo).

Y a las grasas trans de todos los tipos. En particular las producidas industrialmente (presentes en pizzas congeladas, tartas, galletas, pasteles, obleas, aceites de cocina y pastas untables. Y grasas trans de rumiantes (presentes en la carne y los productos lácteos de vacas, ovejas, cabras y camellos).

Reducir la ingesta de grasas saturadas a menos del 10% de la ingesta total de calorías, y la de grasas trans a menos del 1%. En particular, las grasas trans producidas industrialmente no forman parte de una dieta saludable y se deberían evitar (4,6).

En cuanto al consumo de sal, menos de 5 gramos al día. La sal debería ser yodada.

Fuente: Organización Mundial de la Salud

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