Alimentación saludable en bebés de 6 a 12 meses. Iniciamos una nueva serie de artículos sobre alimentación, nutrición y salud en la infancia con información del Area de Salud de la Comunidad de Madrid.
Una alimentación saludable, equilibrada y suficiente es fundamental para el estado de salud de los niños:
- correcto funcionamiento del organismo
- buen crecimiento
- óptima capacidad de aprendizaje
- correcto desarrollo psicomotor
- prevención de factores de riesgo que influyen en la aparición de algunas enfermedades
En la infancia, se establecen hábitos alimentarios que más adelante serán difíciles de corregir o cambiar.
Con hábitos adecuados en la alimentación y en el estilo de vida, contribuimos de forma positiva en la construcción y modelado de su cuerpo y en la mejora de su salud, rendimiento físico e intelectual.
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Alimentación saludable en bebés de 6 a 12 meses
A partir de los 6 meses, aunque la leche materna sigue siendo la principal fuente nutritiva hasta el año de vida, puede ser insuficiente en energía y algunos nutrientes. Por eso, será necesario la introducción de nuevos alimentos apropiados para esta edad.
Es recomendable mantener la lactancia materna hasta los 2 años de edad, o bien hasta que madre y niño lo decidan.
Consultar a los profesionales de pediatría o enfermería
Si por cualquier motivo el lactante no recibe leche materna, los profesionales de pediatría o enfermería pueden asesorar sobre la manera de alimentar al bebé de una forma segura y satisfactoria, mediante lactancia artificial.
Los calendarios de introducción de alimentos son una propuesta orientativa que hay que adaptar a la realidad familiar, intentando que el bebé se vaya incorporando progresivamente al menú de la familia.
Entre los 12 y 24 meses es aconsejable que se hayan incorporado ya todos los alimentos.
Características de esta etapa
- Muestra interés por la comida de la familia.
- Algunos pueden perder el apetito de la fruta entre los 9-12, pero si esto ocurre es transitorio.
- Va adquiriendo autonomía progresiva en el uso de cubiertos y vaso y puede utilizar los dedos para comer.
Introducción gradual y progresiva de los alimentos
- Observar si el lactante a partir de los 6 meses está preparado para nuevos alimentos: cuando ya se sienta, muestra interés por la comida y ha perdido el reflejo de sacar la lengua al introducir la cuchara.
- Los alimentos con los que se suele iniciar la complementación son: cereales, verduras o fruta, pero dependerá de las características del niño.
- La introducción de los alimentos debe ser de forma gradual y progresiva y en pequeñas cantidades con intervalos de varios días entre dos nuevos alimentos, a fin de que el niño se acostumbre a nuevos sabores y de poder detectar posibles intolerancias.
- Las nuevas texturas y sabores pueden requerir un periodo de adaptación de días o semanas. Triturar bien los alimentos al principio, posteriormente, según la dentición del niño, la textura puede ir variando, observándoles de cerca mientras aprenden, para evitar atragantamientos.
- Es también aconsejable ofrecer alimentos enteros que el niño pueda coger con la mano o en pequeños trozos según el alimento, esto le permite conocer por sí mismo diferentes sabores, olores y texturas. Evitar los alimentos duros y pequeños como los frutos secos, las aceitunas, la zanahoria cruda, y acompañar a los niños mientras comen. Esta práctica se conoce como alimentación dirigida por el bebé, o babyled weaning.
- No añadir a los alimentos azúcar, leche condensada, miel ni sal. Evitar los alimentos muy salados (pastillas de caldo, sopas en polvo, precocinados, vegetales en conserva o carnes curadas).
El papel fundamental de la familia
- Evitar distracciones a la hora de la comida para que el lactante no pierda el interés por ella.
- El cambio de un sabor a otro requiere repetidas ofertas. Si rechaza el alimento no debe interpretarse como que no le gusta, hay que continuar ofreciéndoselo.
- Todos los cambios dietéticos serán bien admitidos si se realizan lentamente y con intervalos para cada nuevo alimento.
- Hay que procurar reducir los periodos sedentarios prolongados: minimizar el tiempo que pasan sentados o sujetos en sillas, carritos o balancines, cuando están despiertos, al menos de 1 hora seguida.
- Evitar que pasen demasiado tiempo delante de pantallas de TV, tabletas, teléfonos móviles, etc.